Clara, preocupada, se maquilló temporalmente, oscureciendo su tono de piel y agregando algunas pequeñas manchas de aspecto irregular en su rostro.
Incluso alguien cercano a ella podría no reconocerla si estuviera frente a ellos.
Despacio, bajó la manta y reveló su rostro ennegrecido. —Compañeros policías, ¿hay algún problema? Me siento un poco mareada por el mar, disculpen.
—Estamos persiguiendo a traficantes de drogas, ¿podrías colaborar con una breve encuesta?
La agente femenina sacó su libreta y comenzó a hacer preguntas: —¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es tu ocupación? ¿A dónde te diriges? ¿Cuántas personas hay a bordo de la embarcación?
Clara mantuvo la calma y respondió tranquilamente a las preguntas.
—Bien, ya hemos terminado. Disculpa la molestia.
Justo cuando la agente se disponía a marcharse, de repente recordó algo y sacó una pastilla de su bolsillo. —Por cierto, tengo pastillas para el mareo aquí. Son muy efectivas.
—Gracias. —Clara extendió la mano y la mirada de la agente se p