Observo como mi padre se va acercando a nosotros junto a Laura, quien ya tiene una barriga enorme. No sé muy bien que esperar de esto y solo puedo sentir como mi corazón late con demasiada fuerza; solo espero que no venga a arruinar mi felicidad.
—Relájate cariño.— Dice Bautista mirándome. —Respira... todo estará bien.— Me pide intentando calmarme.
—Estoy nerviosa, ¿Qué es lo que querrá ahora?— Cuestiono.
—No sé, pero vamos a averiguarlo.— Propone y unos segundos después mi padre se para enfrente de mí y me saluda con dos besos.
—Hola hija, te ves preciosa.— Me halga y luego es Laura quien me saluda.
—¿Qué haces aquí?— Le pregunto algo seria.
—Hola Leandro.— Lo saluda Bautista y extiende su mano para saludarlo.
Mi padre