No ha habido fuerza humana que hiciera que Bautista me dejara quedar sola en el hotel. Así empapado como esta, se ha puesto una sudadera, una gorra y lentes de sol para que nadie supiera que quien estaba viniendo conmigo era el famoso director de cine; en mi opinión así llama más la atención, pero no es algo en lo que nos vayamos a poner de acuerdo. Lo veo entrar al baño mientras me quitó mi ropa que también está empapada y ver la manera que esos pantalones se le pegan al cuerpo al igual que su camiseta es él delirio de cualquier mujer.