Luciano
Para cuando regresé a casa del trabajo, llegaron dos cosas para Fiorella.
El anillo que había pedido y sus cosas. Sus cosas fueron enviadas con uno de los lacayos de su padre, y el joyero al que le encargué que me confeccionara su anillo con poca antelación me estaba esperando en mi sala de estar.
El anillo es hermoso y en realidad se parece a ella.
Es el tipo de anillo que obtendría si esto entre nosotros fuera auténtico y ella fuera mi muñeca. Mi novia. Me lo guardo en el bolsillo trasero y me dirijo al pasillo donde están todas sus cosas. Las voy a revisar personalmente. Nunca sabrías qué habrá puesto aquí ese jodido viejo. Me sorprendió cuando aceptó enviar todo.
Es todo lo que ella empacó para ir a Florencia. Ya estaba empacado, así que no sé por qué ese imbécil tardó cuatro días en enviarlo cuando lo solicité al día siguiente de la reunión.
Había más de veinte maletas y cinco bolsas más pequeñas que se suponía que debía llevar en su vuelo, además de cuatro cajas grandes