Capítulo 38: Confesiones a destiempo.
Ya por fin, estoy decidida en dejar a Robert atrás y junto con él mis amarguras. Llego a la clínica donde trabaja Andrew y me anuncio ante su secretearía. Enseguida me hace pasar:
—Amor has venido a verme—se levanta de su escritorio y me da un beso en los labios, el cual no correspondo.
—Lo siento Andrew no estoy de humor—lo rechazo.
—¿Qué te ocurre?
—Es Robert.
—¿Estás arisca por mi hermano? —pregunta y me mira con recelo.
—Es que hay muchas cosas de tu hermano, que todavía tu desconoces.
—¿Me quieres contar?
—No es el lugar.
—Vamos a nuestra cabaña, allí podemos platicar, entre otras cosas—me insinúa sus ganas.
—No puedo tengo, que ver a mis hijos.
—Déjalos con la niñera.
—Por Dios Andrew, no puedo estar delegando mi responsabilidad de madre a Jennifer, todo el tiempo, mis hijos están primero. No lo olvides.
—Lo siento cariño, si fui egoísta.
—Perdóname tu a mí. Estoy fuera de sí.
—Ya el semestre en la universidad culminó. Podemos vernos mañana, si quieres llevas a los