Emiliano respondió:
— No quiero. No tengo una gran enemistad contigo, pelear no tiene sentido, es como tu pelea constante con David. Pero si Clara necesita ayuda, no me quedaré de brazos cruzados— Emiliano quería advertir a Felipe que fuera más amable con Clara.
Felipe preguntó:
— ¿Ella te ayudó? ¿En qué te ayudó?
Emiliano respondió:
— Es un asunto privado, no puedo revelarlo.
Felipe suspiró y Emiliano continuó:
— En resumen, si Clara tiene algún problema, yo me encargaré.
Felipe apretó los dientes y dijo:
— Clara es mi esposa, no necesitas hacerte cargo de ella.
Justo en ese momento, la voz de Clara se escuchó desde fuera de la habitación:
— ¿Felipe está adentro? ¿Y Emiliano? ¿Está Emiliano aquí también?
Felipe miró a Emiliano y le advirtió con la mirada:
— Clara es mi mujer. ¡Mía! ¡No intentes meterte!
Después de decir esto, Felipe se levantó y salió de la habitación.
Clara, al ver a Felipe, abrió los ojos de par en par y rápidamente miró a Emiliano:
— ¿No