Ricardo frunció el ceño:
—¿Qué sucede?
Con tantos eventos recientes en los Navarro, cada vez que veía a alguien nervioso, su instinto se ponía en alerta. Ahora, al escuchar que se trataba de algo importante, se puso aún más ansioso, con la sensación de que su cabeza estaba a punto de estallar.
Clara también apretó los dientes. ¿Los Navarro actuales podrían resistir cualquier tormenta?
El sirviente, jadeando, dijo apresuradamente:
—¡Don Andrés está en peligro de muerte! ¡El señor Martínez y el señor Medina lo trajeron aquí para ver a la anciana dama!
—¿Qué? —Ricardo se levantó de la silla de un salto: —¿Qué le pasa a don Andrés?
—¡Está en peligro de muerte!
Ricardo estaba completamente atónito:
—¿Y dónde están ellos?
Sin esperar la respuesta del sirviente, Emiliano y David ya habían llegado a la sala de estar, con pasos apresurados y pesados.
Emiliano llevaba un traje oscuro, su rostro estaba muy pálido y tenía un aire aterrador. Al entrar, preguntó apresuradamente a