Un tiempo antes, cuando Elliot llegó a su casa, se encontró a su mujer sentada en el sofá pérdida en sus pensamientos
-"¡Hola!" Saludó el hombre secamente.
Pestañeando varias veces la mujer salió de sus pensamientos y pregunto "¿La pasaste bien con tu querida hija?"
Su pregunta cargada de sarcasmo le resultó graciosa a Elliot quien no dudó en responder con una brillante sonrisa, mostrando lo feliz y satisfecho que se encuentra al haber estado con la luz de sus ojos y su retoño.
-“No hace falta que digas nada” dijo ella, notando su felicidad. “Ahora quiero saber qué piensas. ¿Me culpas por alejar a nuestra hija todo este tiempo?” Camille escudriño el rostro de su marido, en busca del más mínimo rastro de acusación.
-“No sirve de nada culparte ahora. Ya nuestra hija no estará de regreso con