Charlotte pretendió estirarse. “Me dolió un poco la espalda cuando me caí. Estoy mucho mejor ahora, Kyla. Gracias por tu preocupación”.
“También te vamos a invitar a segmentos futuros. Vamos a ser buenas amigas, así que no necesitas ser tan formal conmigo”. Kyla suspiró mientras caminaba detrás del escenario agarrando a Charlotte del brazo.
“Sin embargo, tu mejor amiga, Tiffany, no tendrá tanta suerte. La hazaña de hoy no solo la afectará negativamente, también es malo para nuestro programa. Vamos a evitarla como a la peste de ahora en adelante. Me temo que ya no la invitaremos”.
El corazón de Charlotte floreció de felicidad, pero parecía imperturbable en la superficie.
“¡Uff! Pobre Tiffany. Vamos a ver cómo está tras bambalinas”.
“Sí”.
Tiffany estaba sentada en el sofá cuando Charlotte y Kyla llegaron tras bambalinas…
Ella ya se había cambiado a ropa limpia. Su rostro excepcionalmente blanco, aparentemente debido a una enfermedad, ahora estaba tan limpio como la luna brillante.