Toco un par de veces, antes de entrar.
―¿Te encuentras bien, Rachel?
Cierro la puerta de su habitación y me acerco a la cama. Victoria tiene los ojos rojos de tanto llorar
―Dentro de lo que cabe.
Le respondo con una sonrisa tensa. Rodeo la cama y me siento a su lado.
―¿Crees que ellos están bien?
Pregunta, con una expresión preocupada. No puedo asegurarlo, pero confío que así sea. Además, Lud me lo prometió. Sin embargo, no se lo digo. No quiero preocuparla más de lo que ya está.
―Sí, ellos harán lo que sea para volver con nosotras.
Por fin, logro robarle una sonrisa.
―Estoy tan preocupada, Rachel. No puedo perderlo, no sé cómo vivir sin él ―me dice con desconsuelo―. Aparte de ti y de esta bebé que, pronto, llegará a mi vida, no tengo a nadie más.
Me acerco y dejo un beso en su frente.
―Y lo tendrás de vuelta ―sostengo su rostro entre mis manos―. Él las ama más que a cualquier cosa en su vida. Te puedo asegurar que, dentro de sus planes, no está dejar sola a su familia.
Limpio la lágri