Observo al fiscal hasta que abandona mi local.
―Puedes explicarme, ¿en qué demonios estabas pensando?
Dejo el vaso en el mostrador del bar y fijo la mirada en su rostro.
―¿Hacer nuevos amigos?
Comento divertido y sonrío al verlo voltear sus ojos.
―Comprendes bien a lo que me estoy refiriendo, Lud.
Meto las manos en los bolsillos de mi pantalón y respondo a su inquietud.
―Mis tentáculos no llegan hasta donde pueden hacerlo los de ese tipo.
Por fin comienza a entender a donde voy con esto.
―¿Intentas usarlo a tu conveniencia?
Asiento en acuerdo.
―Sí, Jacob, ese hombre es el único que puede ayudarme a encontrar al maldito que estuvo detrás de la desaparición de Rachel y de nuestro intento de asesinato ―mi mandíbula se tensa debido a la ira que siento―. No voy a desistir hasta averiguar lo que pasó con ella ―admito, determinado―. Nadie me va a sacar de la cabeza, que ella sigue viva y que está esperando a que la encuentre ―niego con la cabeza―. Esta vez no voy a defraudarla.
Asiente en com