John

Al llegar al estacionamiento, John caminó apresado hasta su coche. Su chofer, Spencer, conversaba con James, el chofer de Elizabeth. En cuanto vio al patrón acercar-se, Spencer abrió la puerta de inmediato para que ele entrara.

— Señor Walker — dijo Spencer con voz firme y respetuosa.

John no respondió. Ni siquiera olhou para o chofer de su esposa al pasar, como si James fuera invisible.

En cuanto el coche arrancó, las palabras de su abuelo resonaron en su mente, mezcladas con la imagen de Elizabeth siendo tan cariñosa con Oliver.

Pero, como un veneno que se desliza lentamente, otro recuerdo emergió: las palabras de su madre, dichas dos días antes, al verla en la UCI sosteniendo la mano de Oliver.

“No te dejes engañar por esa actuación. Esa chica sabe muy bien cómo parecer perfecta.”

Por primera vez, John sintió una punzada de duda. ¿Y si su madre tenía razón? ¿Y si Elizabeth no fuera más que una excelente actriz en ese escenario llamado familia?

Pero no permitió que aquella ince