En el hospital, la familia Walker estaba reunida en una sala VIP, con semblantes serios y abatidos. Martha estaba sentada en silencio junto a Roger, con la expresión tensa y los labios comprimidos en una fina línea, sin disimular el disgusto de verla allí.
John, con un traje oscuro y una corbata impecable, caminaba de un lado a otro, hablando por teléfono, resolviendo algo, probablemente de trabajo.
Cuando vio a Elizabeth, colgó la llamada mientras la observaba acercarse despacio. El corazón de ella latía descompasado.
—¿Qué pasó? —preguntó, mirando directamente a John en cuanto él terminó la llamada.
Él la miró durante algunos segundos antes de responder, como si su simple presencia fuera más una imposición que una necesidad, aunque en ese momento indispensable.
—Tuvo un malestar repentino. El médico dijo que es el corazón, pero ya está controlado —informó con voz preocupada.
Martha observaba la escena con una mirada difícil de descifrar. Se acercó lentamente y dijo, en un tono frío,