Luciano salió del hospital, conducía sin rumbo fijo, en su cabeza no dejaban de retumbar las cosas que había escuchado: “Necesitamos iniciar el tratamiento lo antes posible”, “Almendra comparte la sangre de su madre”, “esta no será la única vez que va a necesitar una transfusión”, y por último, la única frase que en ese momento le importaba.
- “Amelia Torres se hizo los análisis y todo apunta a que es una muy buena candidata a donadora, su sangre es O negativo, es muy rara y puede donar a cualquier persona, eso no es algo muy común.”
A Luciano le costaba aceptar que había cometido un error, la noticia de la enfermedad de su hija le estaba causando estragos, aunado a la culpa que sentía por no saber cómo lidiar con el recuerdo de su esposa hecho imagen en su hija, le estaba haciendo no ver las cosas con claridad y mente fría.
- Siri… Llama a Tadeo…
A los pocos segundos la voz de su asistente se escuchó.
- Señor…
- ¿Qué me tienes de Amelia Torres?
- Señor, ya se lo he enviado a su corre