KAT
La oscuridad me llama. Me devora. Me tienta con sus garras filosas llenas de maldad, así que no puedo evitar caminar hasta ella. Mis brazos vibran debido a eso, porque mi visión está negra mientras atravieso lo que sea que sea esto.
Mis pies descalzos queman. Intento respirar, pero el humo es lo único que obtengo a modo de oxígeno. Se entra tan profundo de mis pulmones, que casi puedo sentir como se adhieren a ellos a modo de ceniza.
—Tienes que matarlo —susurran.
La voz es un eco en el espacio.
Abro los ojos y no veo nada, solo la oscuridad de mi alma.
—Destruye el lazo, Katherine —obliga otra voz.
—No dejes que ese monstruo te seduzca.
No voy a caer en sus garras. No volveré a sentir nada por él. ¿Entonces porque quiero besarlo hasta el amanecer y mucho más allá de la eternidad?
—Tu sitio no está en él, no está con los licántropos.
—Eres un vampiro, un bello vampiro del inframundo. Un demonio que conquistará a la muerte.
Más y más voces, es un caos de palabra