— Santo Dios— abro los ojos desmesuradamente ante la imagen que tengo frente a mi.
Creo que Dios está intentando probarme o quizás sea mí lado pervertida la que me está obligado a abrir la palma de mí mano, bajo un poco casi tocandolo y asi suspenderla en el aire, midiendo donde dar el golpe o mejor dicho dónde dar la nalgada. Pero cuándo estoy lista me detengo al escuchar los ronquidos de Ashton lo que me recuerda qué él debe de estar cansado y yo sería muy mala si lo despierto y de una manera tan inusual y sádica. Pero por dios, tener así a Ashton dormido boca a bajo y sólo en boxers y el cuál está dándome la imágen descubierta de su muslo, hace qué piense en ello.
— Pero puedo tomarle una foto — saco mí teléfono y busco la aplicación — Solo un recuerdo.

Luego de ello me escabullo de la habitación sigilosa
Gracias por su apoyo.