— ¿Mérida?.
— Tú hijo está llorando — la voz de Ashton llega hasta mís oídos, intento moverme pero mí cuerpo sé encuentra en letargo.
— ¿Cómo qué mí hijo? — levanto mi cuerpo al analizar lo qué ha dicho — Si no mal recuerdo, es tú hijo también.
— Claro que lo recuerdo, así también cómo lo hicimos — enarco una ceja en su dirección — Pero es qué a Asher sólo le gusta qué tú lo arropes.
Una idea llega a mi cabeza — Ashton — le llamo — Sí vas tú, qué tal sí rememoramos cómo hicimos a Asher.
— ¿¡En serio!? — Ashton levanta su cuerpo tan rápido qué casí se cae de la cama, lo qué me hace mucha gracia — Entonces iré yo, haré qué deje de llorar y qué se duerma, y cuándo vuelva cuándo vuelva, tú y yo.
Fugazmente le doy un
Gracias por tu apoyo.