CAPÍTULO 24

EL SUEÑO

BABI

las siguientes semanas fueron cruciales para mi vida, por momentos parecía que perdía la lucha por sobrevivir a la mordida de lobo, las pesadillas marcaron gran parte de esas perdidas de memoria que sufría constantemente, soñando con aquella mansión, la manada Akela y el hombre que reclamaba mi presencia en su vida.

Kay se encontraba a mi lado la mayor parte del tiempo aunque no pudiera hablarle lo escuchaba diariamente, no permitía el acercamiento de los niños a la habitación donde estaba recluida el ultimo mes, pero leía las cartas que Harry y Andrés escribían para mi, dándole a mi alma un soplo de esperanza, debía ganar esta batalla únicamente para rencontrarme con ellos.

El sueño del cual no podía despertar era precisamente encerrada en aquella mansión, aunque dentro sentía que me encontraba en casa, que aquellas extrañas personas eran mi familia y no sabría explicar la razón por la cual aquel lugar me hacia sentir poderosa y amada, recorría los pasillos