Liam Jones
Miré la cantidad abrumadora de documentos que debía firmar; el abogado de la compañía había revisado todo con meticulosidad.
A pesar de estar rodeado de papeles y números, mi mente no estaba presente en ese mundo corporativo.
Toda mi atención se centraba en una sola persona: Ava.
Antes de salir de casa, había dejado claro que no quería que tuviera ningún trato con mi hermano.
No era celos lo que sentía; simplemente intentaba protegerla de ese lobo feroz que era Noah, mi medio hermano.
Encantador y astuto, él siempre parecía encontrar la forma de manipular las relaciones a su favor.
Desde pequeño, nunca le faltó el calor de un padre ni el cuidado de un hermano. Siempre le dimos un buen trato.
Cuando su madre, después de dejarlo cubierto con una cobija vieja y desnutrido a la puerta de nuestro hogar, decidió abandonarlo, alegando que era hijo del Alfa.
Yo solo podía sentir una mezcla de compasión y ternura por mi pequeño hermano.
La infancia de Noah siempre estuvo marcada