94. Amantes y conspiradores
Momentos antes, cuando el aullido desgarrador de Malcolm salió sin poderlo evitar, este fue tan fuerte que atravesó el Gran Bosque, elevándose por encima de las copas de los árboles y extendiéndose hasta alcanzar los muros del castillo McTavish. Aquel lamento, lleno de un dolor y reconocimiento evidente, no pasó desapercibido para varios de los que estaban dentro del castillo.
Y entre esos que no pasó desapercibido, en el ala este del castillo, específicamente en la habitación principal, Sarah Silvercliff se encontraba entrelazada entre las sábanas de seda con Lord Nathaniel Briarcrest, un lobo Alfa que era consejero Real de la Corona de Aurocanto y uno de los nobles más influyentes de los Dominios Elevados, específicamente de la isla flotante real, que era Aurocanto. Nathaniel, con cabello castaño claro, ahora desordenado por la pasión compartida con Sarah, su adorada loba, enmarcaba un rostro que muchos consideraban perfecto entre la corte, él tenía la misma edad de Malcolm, y mister