93. Tomando una decisión
Malcolm se acercó, arrodillándose frente a sus hijos sus cachorros. Con manos temblorosas, acarició el rostro de Zacary primero, luego el de Lyra, memorizando cada detalle, reconociendo sus propios rasgos mezclados con los de Josephine, ahora comprendía porque se parecían tanto a él.
—No lo sabía, cachorro —confesó con voz quebrada—. No sabía que ustedes existían, me robaron la memoria con un hechizo el cual desconozco el nombre. No me permitieron recordarlos, recordar a su madre...
—¿Un hechizo? —preguntó Zacary, entrecerrando los ojos con recelo, pero también con curiosidad—. ¿Como los que hace mamá?
—Más oscuro y poderoso, se llama Vinculum Obumbratio —respondió Josephine, sentándose junto a ellos en la hierba, mientras se limpiaba sus lágrimas con el reverso de su mano—. Cuando su padre y yo éramos jóvenes, nos enamoramos profundamente. Pero yo era solo una Druida, hija de nadie, sin posición ni fortuna, y él... —miró a Malcolm con tristeza—. Él era el heredero de una de las manada