48. Lo que fue y lo que es
En cuanto terminó de asegurar el caballo prestado, Malcolm regresó a donde Josephine permanecía de pie, esperándolo con el equipaje a sus pies. La luz del atardecer cubría todo el claro con tonos dorados y rojizos, creando un ambiente casi mágico. Josephine lo contemplaba y, sin poder evitarlo, dejó escapar un suspiro profundo. Se sentía extrañamente vulnerable, todo por estar en «ese» lugar.
Estaban en el mismo claro donde se habían casado, aunque la cabaña destartalada ya no existía y ahora, ella había regresado en contra de su voluntad con sus dos niños que se encontraban explorando los alrededores con la curiosidad propia de su edad. La casita que Malcolm había construido era un sueño hecho realidad, exactamente como lo habían imaginado juntos años atrás. Y Malcolm... Malcolm lucía hermoso, más varonil de lo que recordaba, con ese aire de autoridad que solo los años le habían otorgado.
Mientras él se acercaba a ella con paso tranquilo, Josephine no pudo evitar que los recuerdos inu