201. La mejor familia es la que eliges
El pequeño Logan, quien había estado observando todo con fascinación, se acercó a Cassy con esa confianza directa que solo los niños pequeños poseen.
—¿Puedo ayudar también? —preguntó el rubiecito—. Soy muy bueno para mezclar cosas, y sé cómo partir huevos sin romper las cáscaras amarillas. Aprendí hace poquito —dijo el bebé de tres añitos alzando su mirada para ver a la que él consideraba “dueña” de esa casa nueva.
Por primera vez desde que la habían conocido, Cassy sonrió de forma genuina cuando escuchó a niño, agachándose para estar a la altura de Logan.
—¿Sabes cómo partir huevos sin romper las yemas? ¿Aprendiste hace poquito? —preguntó—. Esa es una habilidad muy importante para un cocinero y más si es nueva.
—¡Sí! —exclamó Logan con orgullo—. Mi mami me enseñó. También sé otras cosas que aprendí en mi primera casita —dijo refiriéndose al Distrito de las Sombras —. Teníamos que ser muy cuidadosos con la comida porque era difícil de conseguir, así que aprendí a no desperdiciar nada.