102. El imposible legado de un hermano
El grupo comenzó a dispersarse siguiendo su ejemplo. Las caras que antes brillaban con osadía ahora mostraban la sombra de la derrota. Murmullos recorrían el grupo mientras se alejaban, voces que decían que era mejor abandonar los sueños de revolución, ese plan ambicioso de llegar a los Dominios Elevados, tomar control de las minas de Aerolita —el combustible que mantenía flotando las islas— y luego marchar hacia Aurocanto para derrocar a los reyes y cambiar un sistema de jerarquía que los condenaba a vivir bajo tierra.
Diez años de intentos fallidos pesaban sobre Gael y el otro líder que tuvieron que murió en el intento. En lo más profundo de su ser, comenzaba a preguntarse si sus compañeros tenían razón, si todo era un sueño imposible. Pero algo en él se resistía a rendirse mientras existiera la más mínima posibilidad de escapar, como habían logrado hace poco antes de ser recapturados.
Mientras estos pensamientos oscuros lo consumían, los habitantes del Distrito comenzaron a acercars