—Te juro por mi vida que no estoy mintiendo. Lo escuché claramente, y hay más de lo que te he dicho hasta ahora.
El se aleja de mi de golpe, pasa sus manos por su rostro y en un segundo, un leve viento pasó por mi mejilla izquierda, mis ojos ven con nerviosismo como el cuchillo con el que planeaba matar a Alexander estaba clavado en la pared.
—Por tu bien, espero que digas la verdad así que habla.
—¿Me crees estúpida como para decirte todo sin nada a cambio?.
Toma una de las sillas y la hace girar hábilmente para luego sentarse sobre ella.
—¿Qué quieres?
—Si dejas en libertad a Alexander, te juro que te diré todo lo que dijo ese tipo que se hace pasar por tu hijo.
Su mirada es intimidante trata de hacerme vacilar para saber si estoy mintiendo o no. Pensé que si él me traicionada al tenerme una emboscada lo usaría en