Ella se queda en silencio un momento, asintiendo despacio. Luego, como si hubiera recordado algo importantísimo, se incorpora de golpe y saca un pequeño paquete de su bolso.
—¿Quieres? —me pregunta, sosteniendo frente a mí lo que parece ser... ¿un paquete de cecina cubierta de algo brillante?.
—¿Q