Ella entrelaza sus manos con las mías, su mirada llena de preocupación.
—Me dijiste que no te apresurarías —me recuerda con suavidad—. ¿Estás segura, mi niña?.
—Sí, Nana. Quiero estar con Alaric. Ahora no hay nada que nos impida estar juntos. Sé que... la pasé muy mal a su lado, pero también sé qu