Le sonrío, conmovida y llena de gratitud. No digo nada más, pero ella lo entiende. Salgo de la habitación mientras Thea se encarga de empacar mis cosas. Me conoce tan bien que sé que va a elegir justo lo que más necesito.
Bajo al segundo piso y comienzo a buscar a Zelda, pero no la encuentro. Le pr