—No es culpa tuya —respondo, con una mueca—. Pensaste que estaba con mis padres, y es lo normal. Ese tipo fue muy astuto.
—A Artem, te refieres —dice, poniendo una mueca y endureciendo el rostro.
Le cuento todo, desde el primer enfrentamiento con Artem hasta el secuestro y lo que le hizo a esos c