—¿Hablando? —lo interrumpió, sin apartar la mirada de los chicos y sin soltar su muñeca—. ¿De verdad crees que estos gusanos querían entablar una conversación?.
—¿Cómo nos llamaste, imbécil? —espetó el castaño, furioso—. ¿Quieres problemas?.
En ese momento, el estruendo de varios pasos resonó. En