Capitulo 6

Veo cómo Matías me mira incómodo cuando le hice la pregunta de quién era Rose.

- ¿Me dirás quién es o te quedarás callado? - digo algo fastidiada.

- Mira, Mia, no estoy autorizado para hablar del tema. Y si quieres evitar un problema con Paolo, es mejor que no le preguntes.

- Ok. - Doy un paso firme hasta la casa.

- ¿Adónde vas? - Toma mi brazo, pero yo me suelto.

- Voy a la casa. Se me quitaron las ganas de salir.

- Oye, Mia, no te enojes conmigo. - Me volteo y sigo mi camino sin importarme los llamados de Matías.

Entro a la habitación algo confundida porque no sé quién es Rose y qué tan importante es para Paolo.

- Hola, mi ángel. - Este me intenta dar un beso, pero yo lo esquivo.

- ¿Por qué haces eso? - Tomo aire y lo encaro.

- ¿Quién es Rose? - Veo cómo la cara de Paolo se desfigura formando una expresión seria.

- ¿Nos escuchaste? - dice algo molesto.

- Puede que sí. Ahora responde.

- Mira, Mia, aquí el que da las órdenes soy yo. Tú simplemente eres un maldito juguete, el cual pretendo utilizar mucho. En cambio, Rose es una maravillosa persona que pronto será mi mujer y, apenas eso pase, tú serás historia. - Mis manos se forman en puño y mi respiración se agita.

- ¿Entonces, por qué m****a me tienes aquí si no soy nadie? - este toma mi brazo con fuerza.

- Cuida tus malditas palabras, Mia, porque no querrás verme enojado. -  Me suelto de un jalón.

- Me vale m****a. Ya estoy cansada de ti y de tus maltratos. ¿Por qué no me dejas libre y vas a buscar a tu bella Rose? - este sonríe y me pega a su cuerpo.

- ¿Qué pasa, Mia, acaso estás celosa? - celosa yo. Por favor.

- ¡Por favor, ve con ella a la mismísima m****a, pero déjame en paz!

- Pues fíjate que aún no me he cansado de ti. - Toma mi cintura y me pega contra la pared.

- Eres mi maldito objeto y yo veré lo que hago contigo. - Este sale dejándome sola. Una lágrima traicionera sale de mis ojos al pensar que siempre seré un objeto para él. No sé por qué, pero duele pensar en eso.

Un mes después...

Me encuentro mirando por la ventana hasta que escucho que alguien entra y es Matías con una caja gigante.

- Hola, Mia. - Le doy un cálido abrazo que es correspondido.

- Aquí te manda Paolo. Tienen una fiesta en la noche, así que espero que te pongas más hermosa de lo que eres. -  Me ruborizo por su comentario.

- Ok, gracias, Matías. -  A las 7 está llegando el peluquero y comienza a hacer su magia. Cuando este termina, tomo el vestido, me lo coloco, y luego me pongo los zapatos hasta quedar lista.

Bajo las escaleras y veo a Paolo y Matías hablar, hasta que ambos notan mi presencia y se quedan mirándome embobados.

- Estás preciosa. - Le doy una sonrisa forzada a Paolo, ya que él piensa que a mí se me olvidó todo lo que me dijo ese día, pero en realidad no fue así. Todos los días de mi vida recuerdo por qué estoy aquí.

- Gracias, Paolo. - Miro a Matías, quien me ve con una sonrisa.

- Estás hermosísima, Mia. -  Toma mi mano y me hace dar la vuelta.

- Gracias, Matías.

- Bueno, vamos ya. - Dice Paolo algo serio, así que lo sigo. Al llegar al auto, me toma fuerte del brazo haciéndome mirarlo.

- ¡No coquetees con mi amigo! - dice enojado.

- ¿Y quién te dijo que lo estaba haciendo?

- ¡Tú, vieja m*****a! - no me digas así. Este me sube al carro de mala gana y durante todo el camino ninguno habla, hasta que llegamos al dichoso lugar. Esta fiesta estaba llena de lujos y los invitados eran mafiosos con sus acompañantes que parecían un trofeo, así como me veía yo ahora. Paolo habla con varias personas y logro fijarme en la marca que me dejó en el brazo, maldito.

Una mujer bastante atractiva, con un rostro precioso, hace acto de presencia.

- Bella Rose. - es ella, ¡la famosa Rose!

- Hola, Paolo, ¿cómo estás?

- Bien, Bella Rose. Mira, te presento a Mia, mi acompañante. Mia, ella es Rose.

- Un placer. - Estiro mi mano y ella posa su mirada en mis marcas, lo que me hace sentir incómoda.

- El placer es mío, Mia. - Nos sentamos en una mesa y, después de un rato, Rose se levanta.

- Voy al baño, Mia, ¿me acompañas? -  Cuando voy a decir algo, Paolo vuelve a sostenerme con fuerza, haciendo que salga un quejido, y me dice al oído.

- Cuidado con lo que haces - Salgo detrás de Rose y vamos al baño. Al estar adentro, esta no deja de observarme, cosa que me pone incómoda.

- Paolo, ¿te lastima? - Abro mis ojos como platos.

- Mírame, Mia. Puedes confiar en mí. - Una lágrima cae de mi mejilla y él se acerca con una sonrisa y la limpia.

- Todo estará bien. -  En esas, escuchamos unos disparos, entonces nos asustamos.

- ¡Mierda! - Unos hombres altos entran al baño y nos sacan a las dos, mientras ambas gritamos como locas. Al estar en el jardín, vemos a un hombre con un traje elegante y su arma en mano.

- Jack.- Dice Rose.

- Hola, pequeña. ¿Me extrañaste? - No entendía lo que pasaba. Lo único que quería era que viniera Paolo. Aquel hombre posa su mirada en mí y sonríe.

- Por más atractiva que me pareces, es mejor desaparecerte.

Toma su arma, apunta hacia mí y, después, escucho cómo tira del gatillo, escuchando un fuerte disparo. Rose me ve con cara de horror y, al ver el porqué, me doy cuenta de que estoy sangrando en mi abdomen.

- ¡No! - caigo al suelo y veo de lejos llegar a Paolo con sus hombres. Este corre hacia mí y me coloca en sus brazos.

- Quédate conmigo - Lo veo por última vez antes de sumergirme en un profundo sueño.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo