Capítulo 298
Todos se alegraron enormemente. ¡Dios mío! ¿Por fin se librarían de esta plaga? ¡Gracias a Dios! Por primera vez, el personal sintió que la señora había tomado una decisión acertada. Rápidamente, la enorme mansión quedó con Sofía como única ocupante. Ella se quedó mirando la sala vacía, atónita.

...

Al anochecer, en la antigua residencia de los Ríos.

Carmen apenas entró cuando vio a Mercedes sentada en el sofá, mientras un masajista le daba un masaje en el cuello y los hombros.

—¿Mamá? ¿Has vuelto?

—Sí.

—¿No estabas haciendo de niñe... eh, cuidando a ya sabes quién?

Llevaba más de dos semanas allá, ¿por qué había vuelto de repente sin avisar?

¡Algo no andaba bien!

Mercedes resopló: —¡Ni la menciones, me irrita solo oír hablar de ella!

—¿Qué pasó? —Carmen se sentó a su lado—. ¿Qué sucedió?

Mercedes comenzó a desahogarse, enumerando una por una todas las humillaciones que había sufrido en la mansión durante ese tiempo.

Hacia el final, ni siquiera dejó que el masajista continuara. Se leva
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