Mateo, con un fuerte dolor de cabeza y cada vez más irritado, silenció el teléfono y lo volteó sobre la mesa, diciendo fríamente: —Continúen.
Los demás bajaron la mirada, sin atreverse a observar.
Al terminar la reunión, regresó a su oficina y revisó el teléfono, lo que vio lo hizo reír de rabia.
Sofía estaba usando su tarjeta secundaria, y cada compra generaba un mensaje que llegaba a su teléfono.
Mientras seguían llegando mensajes, a Mateo le palpitaba la vena de la sien. Cuando iba a dejar el teléfono, Sofía le envió un WhatsApp.
[Mateo, mira todo lo que compré, ¿te gusta? También te compré corbatas y un abrigo]
Con solo echar un vistazo, rio fríamente y la bloqueó.
Mateo se frotó las sienes y caminó hasta el ventanal, observando el tráfico abajo, y no pudo evitar pensar en Lucía nuevamente.
Últimamente pensaba en ella cada vez más, incluso aparecía en sus sueños.
Antes, también le había dado una tarjeta negra a Lucía, pero aparte de gastos básicos y compras para otros, como regalos