Capítulo 21. El bailecito
Cristian no tardó ni dos segundos en sentarse en la silla con una gran sonrisa. Jamás había bailado para un hombre, y si no fuera porque estaba bajo los efectos del alcohol, creo que jamás se me habría pasado por la cabeza hacer semejante numerito.
Con la música de fondo, comencé a bailar provocativamente, o eso pensaba yo. Todo iba bien hasta que se me ocurrió subirme encima de él. La silla de plástico crujió y, en un instante, caímos al suelo chocando nuestras cabezas. Comenzamos a reír sin parar; lo que se suponía iba a ser un baile sexy acabó bastante mal.
—¿Estás bien?
—Sí, estoy bien, pero no te rías más.
Los ojos de Cristian estaban llenos de lágrimas y su abdomen se contraía de la risa. Lo golpeé en el hombro.
—Para de reír, que he bebido mucho alcohol y me voy a hacer pis encima, por favor ayúdame a levantarme —supliqué.
Intenté levantarme, pero no tenía fuerza. Cada segundo que pasaba, la situación se volvía más desesperada.
—Cristian, por favor, ayúdame a levantarme