—Blake, lo has hecho muy bien hasta ahora —dijo Bianca con una sonrisa suave—. Si surge alguna dificultad, como dijimos antes, estaremos aquí para apoyarte.
—¡Eso es genial! —respondió Blake, sirviéndose una copa de vino y levantándola hacia Dave.
—Me das demasiado crédito —replicó Dave—. Tú eres el nuevo poder en ascenso en el mundo empresarial de Edenfield.
Chocó su copa con la de Blake y habló con seriedad.
—Cuando se trata de alianzas, lo más importante son dos cosas: cómo se reparten las ganancias y cómo se dividen las responsabilidades.
Bebió un sorbo de su vino y añadió con naturalidad:
—Este vino tiene treinta años de añejamiento. Puedes disfrutarlo sin preocuparte.
Los párpados de Blake se agitaron.
—Ah, con razón sabe tan bien. En la última fiesta no hubo nada como esto.
—No importa, no pienses más en el pasado —respondió Dave con ligereza—. Por cierto, como le prometí a Bianca, mañana puedes venir a mi empresa. Te mostraré algunos proyectos.
—Gracias, señor Evans —dijo Blak