La recepcionista la miró rápidamente y luego llamó a la secretaria del presidente.
Antes de que Skylar terminara su café, la secretaria ya se había acercado y le tendió la mano con cortesía.
—Señorita Larson, el señor Lawson la recibirá ahora.
Skylar sonrió y siguió a la secretaria hasta el último piso.
Tocó la puerta y entró.
Brady estaba sentado erguido, con una leve sonrisa en los labios, como si la hubiera estado esperando.
—¿Me estaba esperando, señor Lawson? —preguntó Skylar con cautela, observándolo.
Brady le hizo un gesto para que se sentara.
—Sí, aunque no pensé que vendrías tan pronto —respondió con una sonrisa tranquila—. Tal vez me perdí la boda, pero las noticias vuelan. Lo de hoy ya está causando revuelo en el mundo empresarial.
Brady no perdió el tiempo con charlas vacías.
Era conocido por haber hecho crecer el Grupo Lawson no solo con esfuerzo, sino tomando decisiones audaces e inteligentes.
Entendía bien la situación de Skylar.
Él mismo había fracasado muchas