Bianca se dijo a sí misma que, incluso si un día Dave elegía a otra persona, siempre atesoraría el tiempo que habían compartido.
Dave notó que ella no había respondido durante un buen rato. Soltó un suspiro suave.
Se preguntó si Bianca empezaba a dudar de él—tal vez pensaba que sus palabras eran solo una estrategia más. Pero, en lo más profundo, él había dicho cada palabra con el corazón.
Con un respiro tranquilo, Dave dejó su teléfono a un lado y volvió a concentrarse en los documentos amontonados sobre su escritorio.
Entonces, apareció otro mensaje en la pantalla.
Era de Bianca.
Sus palabras eran simples: “Realmente quiero verte.”
Los ojos de Dave se iluminaron con sorpresa. Miró su teléfono una y otra vez. Y cuando se aseguró de que era de verdad un mensaje de Bianca, una oleada de emoción lo recorrió por completo.
Rápidamente escribió:
—Veámonos. ¿Dónde estás ahora?
Bianca respondió de inmediato.
—Te espero en los Apartamentos Waterfront.
Tras leer su respuesta, Dave se pu