El rostro de Natalie se iluminó con alegría ante el cumplido de Skylar. Que alguien tan respetada como ella admirara su talento actoral le subió el ánimo de inmediato. Rió abiertamente, bajando la guardia sin darse cuenta.
Skylar llevó hábilmente la conversación por temas de cine y televisión, hasta que poco a poco la dirigió a los sucesos del día, y finalmente, a Reese.
—No esperaba que una agencia nueva cultivara tanto talento. No hay que subestimarlos —comentó con un suspiro calculado, sabiendo bien hacia dónde iba la charla.
Tal como lo esperaba, la sonrisa de Natalie se desvaneció de golpe.
—¿Te refieres a los dos talentos que trajo Bianca? Eso fue pura suerte, nada más —soltó con desprecio.
Skylar no se inmutó.
—Entonces, ¿conoces bien a Bianca, señorita King? Parece muy trabajadora. Y ese collar de diamante rojo que lleva… se nota que vale mucho. Si su novio se lo regaló, le va bien tanto en el amor como en su carrera.
—Estás exagerando. Te lo diré claro: Bianca es patética —es