Felipe no soportaba esa mirada.
Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, el celular emitió un sonido. Había llegado un mensaje.
Felipe miró el contenido.
No se sabía qué decía exactamente, pero al instante su expresión cambió de forma abrupta.
Justo después, entró otra llamada de Isabel.
—Felipe, si no vienes ahora, va a pasar algo grave.
En la llamada, Isabel gritaba completamente fuera de sí.
Al mismo tiempo, se escuchaba la voz descontrolada de Jenifer.
—¡Suéltenme, déjenme ir! Tengo que buscar a Carlos. Quiero ver a Carlos. Él me va a proteger.
—¿Escuchas? A Jenifer le volvió a dar un ataque —dijo Isabel con urgencia.
Felipe frunció el ceño y miró a Lucía. Luego respondió al celular:
—Voy para allá ahora mismo.
Colgó y volvió a mirarla.
En ese instante, la distancia y frialdad en los ojos de Lucía le hicieron latir el pecho con fuerza.
Reprimió una emoción indefinible.
Avanzó y le sujetó los hombros.
—Lucía.
Al segundo siguiente, ella apartó sus manos sin decir una sola palabr