Para Vanessa, los minutos que continuaron se hicieron eternos, esperar a que Nael, apareciera en cualquier momento era agonizante y por si fuese poco con aquello, también tenía que soportar las extrañas miradas que la familia le dedicaba, miradas llenas de interrogación, de perspicacia de parte de Zahiry, de apoyo de parte de Isabdiella y de burla, de parte del tío Zahir. Sentía que explotaría de un momento a otro.
-¿Puedo sentarme junto a ti, cariño?- la dulce voz de la Reina, reclamó su atención.-Por supuesto, tía- le sonrió con dulzura. Isabella, tomó asiento a su lado. Observó como la familia conversaba entre ellos.-Pareces nerviosa...-No, yo...-¿Es por la conversación con mi hijo?- demandó saber. -No... supongo que querrá conversar... no sé tía, no sé de qué quiere hablar si eso es lo que me vas a preguntar- mantuvo la vista e