Alyssa, Emma y Robert finalmente habían llegado, lo cual Robert agradeció profundamente debido a la pequeña emboscada que había tenido lugar en el interior del carruaje. Al entrar en la edificación, quedaron sorprendidos por la majestuosidad del sitio. Robert ofreció su brazo a las dos damas y mostraron sus invitaciones. Posteriormente, fueron recibidos con gran cordialidad y les ofrecieron una copa del mejor champán.
—El recinto para disfrutar de obras ha quedado espacioso, pero también es en sí mismo una joya del diseño y la construcción —opinó Robert. Uno de sus amigos, sir Brad Clayton, oyó sus acotaciones y no resistió a unirse a la conversación para aportar su punto de vista; el arte era una de sus pasiones.
—Finalmente, esta obra arquitectónica ya es un hecho, después del elaborado trabajo realiza