¿Qué pasaría si estás acostumbrada a un ritmo de vida, donde amas a tus amigos y sobre todo a tu padre a quién consideras el héroe de tu vida? Pero las cosas cambian cuando por circunstancias de la vida fallece sin antes dejar una carta a su hija, y a la madre de esta con su última voluntad escrita: Vivir juntas. Ella acepta buscar a su madre aunque no le agrade mucho la idea, por medio de que ella nunca le demostró cariño. Antes de buscar a su madre decide que tiene que ser independiente por lo que busca un trabajo y un departamento ya que que no sabe cómo será la relación con su madre y puede que no de resultado. Por ser una chica con excelentes estudios no le costó conseguir un buen trabajo, gracias a que su padre era un hombre de dinero pudo conseguir un apartamento a su gusto y muy elegante. Pensaba que todo lo podría sobrellevar, hasta que conoce al dueño de la empresa, el hombre más guapo que ha visto en su vida. Con el pasar de los días ella empieza a tratar a ese hermoso hombre del cuál ella se enamoró a primera vista, su vida no podía ser más perfecta ya que él parecía corresponderle, pero todo cambia cuando dos meses después decide hacerle frente a la última voluntad de su padre que es buscar y vivir con su madre, pero al hacerlo su vida se viene abajo ya que ella se va a casar nada más y nada menos que con su jefe y el amor de su vida. ¿Lucharías por el amor de tu vida? ¿O lo dejarías como un Amor Prohibido?
Leer más—Nathalie apúrate que llegaremos tarde — grita mi mejor amiga desde abajo.
—Voy Miosotis, no te desesperes, ¿quieres?, además falta una hora y media para la entrevista de trabajo —le digo mientras voy bajando las escaleras.
—Lo sé amiga pero resulta que con las presas que hay, mínimo duramos cuarenta y cinco minutos, y a ti te falta desayunar.
Resoplo frustrada, mi amiga siempre preocupándose porque yo coma y cuando no lo hago me pasa regañando incluso me hace dejar lo que sea que esté haciendo para que coma.
Mi amiga Miosotis o Mio como yo la llamo de cariño la conocí desde que tengo 10 años sus padres venían llegando República Dominicana cuando se hicieron nuestros vecinos, tanto ella como yo estábamos muy tristes, ella Porque dejó sus amigos, familiares y el lugar de donde había crecido durante 10 años, y yo bueno triste porque mi madre se había ido de la casa hacía seis meses. Como toda niña amaba a mi madre y me hacía mucha falta, con el tiempo aprendí que era una persona cruel y que no me quería, la veía dos veces al año ya que decía que nunca tenía tiempo para cuidar de mi, y que en esta vida lo más importante era el dinero.
Yo deje de verla con buenos ojos cuando cumplí 15 años ya que me dijo que ocupaba que perdiera mi Virginidad para que empezar a sacarle provecho a los hombres cosa a la cual obviamente me negué, cuando le conté a mi papá se puso furioso y la amenazó con denunciar si volvía a decirme algo como eso.
Mi papi es otro cantar, para él la prioridad es el amor, dice que el dinero no lo es todo y eso es muy cierto, él me ha criado con un amor incondicional, pero algo me preocupa y es la actitud de él, tiene un mes comportándose raro y con un dolor muy grande en sus ojos. Cuando ayer le conté que Mio y yo teníamos una entrevista de trabajo se alegró pero no pudo ocultar el dolor en sus ojos y me preocupa que algo pase y no me lo diga. Mi papá es la persona más importante en mi vida.
Mio me mira con el ceño fruncido y yo le sonrió a mi amiga. Desde que me senté a la par de ella cuando éramos niñas desde ese día nos volvimos una, no me puedo quejar amo mi padre, a mi mejor amiga, a mis amigos, amo mi país Panamá me encanta, a veces siento que me falta un novio pero cuando recuerdo mi última relación que la terminé hace 6 meses y no de muy buenos términos niego con la cabeza, mejor sola que mal acompañada digo para mí misma.
—¿En qué tanto piensas?
—En lo que ha sido mi vida y que la amo tal y cual es y amo cada una de las personas que en ella se encuentra.
—¿Y a tu madre? ¿Qué sientes por ella?
—¿A ella? pues no la odio, pero tampoco la quiero, simplemente para mí no existe.
—¿Te ha llamado? ¿sabes de ella?
—Si, se fue hace 6 meses para Costa Rica, tengo entendido que piensa casarse. Todos los meses me llama para decirme que me ha depositado el dinero y como todos los meses le digo que deje de darme dinero que no lo ocupo, que nunca he tocado ese dinero que me da, que cuando lo quiera se lo devolveré, Pero es como hablarle a la pared.
— No entiendo el pensar y el actuar de esa señora.
— Yo tampoco la entiendo y creo que nunca lo entenderé, así que ni modo. ¿Nos vamos?
— Sí, ¡andando!
Cuando vamos de camino a la entrevista de trabajo suena mi celular y es un número desconocido.
—Bueno — Contesté extrañada.
—¿Nathalie Hoffman?
—Si ella habla, ¿que desea?
— Le hablamos del hospital Central, su padre de Scott Hoffman se encuentra hospitalizado. — Al escuchar esas palabras todos mis sentidos se alarman.
—¿Qué tiene? ¿Está grave?.
—Por favor ¿puede venir?
—¡Sí claro! De inmediato salgo para allá. — digo y cuelgo.
—¿Qué pasa cariño?. — me pregunta mi amiga, mi hermana.
—Mi padre está hospitalizado.
—¿Qué? ¿Pero qué tiene?.
— No lo sé, sólo sé que me quieren de inmediato.
—Claro amiga, te llevo.
—No Mio, tú tienes que ir a la entrevista, yo cogeré un taxi y después buscaré otro trabajo.
— Entonces yo también buscaré otro trabajo, ¿se te olvida que Scott también es como mi padre?, estoy contigo amiga.
—¡Gracias, eres la mejor!
Al llegar al hospital preguntó por mi padre, me dicen que el doctor me espera y que me dirigen a su consultorio, tocó la puerta y escuchó un pase.
—¿Señorita Hoffman?
—¡Sí señor!
—Pase adelante siéntese. — y eso hago pero conmigo entra Mio quien no quiso esperarse afuera.
—¿Y ella?
—Ella es como la hija adoptiva de mi papá, también tiene derecho de estar aquí. ¿Ahora puede decirme que tiene mi padre?
—Si claro, bueno mi nombre es Brad Anderson y soy el doctor del señor Hoffman, Me enteré hoy por él mismo que usted no sabe lo que está sucediendo y tengo la obligación de decírselo.
—¿Puede ir directo al punto por favor? — Suplico con angustia, no quiero que a mi padre le pase nada.
—Señorita hace unos dos mes su padre vino porque empezó a sentirse mal, en los exámenes que le hicimos salió que tiene cáncer en el estómago — un jadeo sale de mi boca — y por desgracia ya está muy avanzado lamento decirle que su padre le quedan horas de vida.
Me tapó la cara con mis manos y estalló en llanto, esto no puede estar pasándome a mí. El hombre de mi vida, la luz en mi camino. ¿qué haré sin él?
Siento un cálido abrazo y sé que es mi mejor amiga, mi hermana, la única persona que tengo si falta mi papá. Mio llora conmigo juntas, nos abrazamos y lloramos. Tengo que ver a mi padre.
—Pu... puedo… verlo… — preguntó ipando por el llanto.
—Claro sígueme — seguimos al doctor hasta la habitación de mi padre — aquí es — dice antes de irse.
—Ve, te daré unos minutos a solas con él, ahorita entro yo. —asiento.
Abro la puerta y lo observo acostado con los ojos cerrados, se ve tan tranquilo, él irradia paz, pero parece que nota mi presencia porque sonríe.
—Llegó mi princesa, la personita que más amo en este mundo — dice aún con los ojos cerrados, estalló en llanto y corro hasta él para abrazarlo y recostarme en tu pecho.
—¿Por qué Papito? ¿dime por qué?
—No quería preocuparte, ni quería verte sufrir.
—¿Sufrir? ¿Y qué crees que hago ahora? Eres todo para mí, no te puedes ir, no puedes dejarme sola, ¿Qué haré sin ti?, ¿quién me dará mi beso de buenas noches?, ¿quién me dirá te amo hija?, O un te irá bien hija ya verás, ¿Quién me defenderá de los hombres tontos?, ¿quién entregará en el altar Cuando me case?, mis hijos No tendrán un abuelo materno, Tú no me puedes dejar papito, tú no.
—Yo siempre estaré contigo hija, te prometo que seré tu ángel guardián.
—Yo no quiero un ángel guardián, yo quiero un padre que me abrace, que me dé consejos, ¿Quién me regañara cuando haga algo indebido?
—Tú nunca haces nada indebido eres la persona más buena y correcta que conozco.
—Lo hago, hago cualquier cosa con tal de que te quedes conmigo, por favor papito no me dejes eres lo único que tengo.
—Hija no me lo ponga más difícil, ¿Crees que quiero dejar desprotegida?, No mi cielo, quisiera estar para ti siempre pero en esta vida hoy estamos y mañana puede que no. Pero me voy tranquilo porque sé que ha hecho un gran trabajo con la luz de mis ojos, además sé que no estás sola tienes a Mio y a tu madre. — levanto la cabeza en su pecho y me limpio las lágrimas de mis mejillas.
—Si, tengo a Mio, pero no a mi madre, papi y lo sabes.
—Si te pidiera una última cosa ¿la cumplirías?
—Depende — le contesté, porque creo que sé a dónde quiere llegar.
—Hija por favor, tú eres la persona más buena y dulce que conozco, cumple mi última voluntad.
—Si soy así es porque soy igualita a ti, y está bien papito haré lo que sea por ti.
—Cuando estés en casa ve a mi recámara, en la mesita de noche está un diario ahí encontrarás dos cartas una es tuya y la otra de tú madre por favor sólo abre la tuya y promete que cumplirás lo que ella escribe.
—Te lo prometo papito.
—Te amo hija, gracias por haber sido mi luz durante 23 años, desde que te vi la primera vez quise ser mejor persona, iluminaste mi días Nathalie y si volviera a nacer volvería a repetir mi vida con tal de tenerte otra vez conmigo, incluso me cuidaría para no fallarte y así no defraudarte.
—No me defraudas, tú has sido el mejor padre del mundo, siempre estuviste a mi lado haciéndome mejor persona.
—Y siempre lo estaré princesita, te cuidaré y protegeré de donde quiera que esté.
(...)
Al cabo de un rato Mio entró a la habitación, ella le dijo a mi padre lo mucho que lo quería y que había sido como un segundo padre para ella. Los tres lloramos juntos.
Observé por mucho tiempo a mi papá y lo vi cansado. Algo en su mirada me alertó.
—Hija puedes ir con Mio a buscar algo para tomar y de comer ¿por favor?, tengo algo de hambre.
—¡Si papito claro! — le doy un beso en su frente y él me abraza fuertemente.
—Te amo. Siempre estaré contigo. —Yo lo miro y mis lágrimas salen.
—No, no lo hagas no te despidas aún no.
—Sólo quería que lo supieras.
—Te amo papito, ya regresamos.
Al cabo de 10 minutos estamos de vuelta en su habitación, está igual que la primera vez que entré con los ojos cerrados. Me acerco hasta él y le acaricia su cabello.
—Llegamos papito, aquí está tu comida — le digo pero no abre sus ojos.
—¿Papá? ¿Papi?, despierta trajimos tu comida. — digo en medio del llanto, Mio se acerca con lágrimas en sus ojos, agarra la mano de mi padre y le toma el pulso, niega con la cabeza y rompe a llorar.
—No, no, no papito abre los ojos por favor no te vayas te necesito, abre tus ojos, por favor. ¡PAPÁ! — grito en medio del llanto y del dolor, lo abrazó fuertemente.
—¿Qué haré sin ti? Llévame contigo papá por favor no te vayas, no me dejes.
Mio llama a las enfermeras y de inmediato llegan junto con el doctor, me separan de la única persona que me amó más que su propia vida. Mi amiga me abraza y llora conmigo..
¿Qué será de mi vida ahora?
Evans miraba a sus hermosos hijos correr por el gran jardín del tío Scott junto con sus primos, después de seis años, la amistad entre todos se habían fortaleciendo, hoy era la boda de Elizabeth y Alex, eran los últimos en dar el sí. Él fue el primero en casarse con Nathalie, fue dos meses después que habían vuelto de Panamá, no quería que su hijo naciera fuera del matrimonio, y nunca había estado tan seguro de una decisión, como de estar con Nathalie, esa mujer que le había robado el corazón desde que la primera vez en que la había visto habían pasado siete hermosos años desde que se habían conocido, y tenían dos hermosos niños, el primero tenía seis años y era un niño Elías y la niña tenía tres años y se llamaba Natalia, por petición de Evans. Su familia era lo más hermoso que alguna vez pudiera soñar, incluso su madre se había casado hacía tres años atrás con el doctor de la familia y eran unos excelentes abuelos, era un hombre completamente feliz. Scott y Mio se habían casado uno
Roxanne miraba con odio a Stefan, creía que todo lo tenía ganado pero estaba muy equivocado, puede que ella ya no saliera con vida de esto, pero sabía que Evans vendría por su hija, y conociéndolo no vendría sólo, además Gerald amaba a Nathalie como una hija, sabía que él movería sus contactos, solo esperaba que en verdad no durarán más de la cuenta, porque en ese momento se estaba sacrificando por su hija, estaba aguantando a todos esos asquerosos con tal de que Stefan no le hiciera nada a Nathalie. —Stefan, ¿Dónde está la otra mascota que nos tenías? Mira que te dimos mucho dinero por ambas mujeres — Roxanne miró de inmediato a Stefan, ese maldito. Él sólo le sonrió con malicia. —Y la vas a tener, pero primero lo haremos con ella, quiero que mi bella Nathalie esté descansada, porque luego de esta noche, ustedes harán lo que quieran con ella. Mientras pueden divertirse con este bombón de mujer, la gran Roxanne que tiene miles de hombres a sus pies. — Roxanne tenía ganas de vomitar,
Cuando Roxanne salió de la habitación Stefan estaba esperándola. —¿Has pensado en mi propuesta? — le dijo muy serio, Roxanne puso los ojos en blanco al oírlo. —No te dejaré que estés con Nathalie, ella no te ama, y la dejaré que se vaya con Evans, solo voy a pensar que sacar con todo esto. —Eres una maldita — dijo realmente molesto se acercó a ella y la tomó muy fuerte del cuello, cosa que la hizo sorprenderse. Luego con una sonrisa muy siniestra la soltó. —No digas que no te lo advertí — dijo dando vuelta y salió de la vista de la mujer. Roxanne se quedó sorprendida y muy molesta, sabía que Stefan algo estaba planeando, y sabía que no era algo bueno, debía actuar ya, porque nunca había sido una mujer estúpida y no lo sería ahora. Volvió a entrar a la habitación de Nathalie. Ella la miró sorprendida. —Quiero que llames a Evans y le digas dónde estás, tiene que venir cuanto antes, Stefan está loco y puede hacer algo peor de malo de lo que yo lo he hecho, tengo que ver si te puedo
Nathalie estaba sentada en la terraza, mientras acariciaba su vientre, hacía tres meses estaba largo de las personas que más amaba, y eso le dolía en el corazón. Lo único que le tranquilizaba era saber que Gerald ya estaba fuera de peligro, Roxanne se había encargado de darle información tal y como ella se lo había pedido. La casa dónde Roxanne la había llevado era increíblemente grande y hermosa, tenía una piscina increíble, pero estaba rodeada de un montón de hombres, no podía salir sin su "querida madre" y no podía usar un maldito teléfono. Recordó que hacía mes y medio se había enterado que iba a ser madre, y esa noticia la había hecho llorar mucho, no porque no quisiera tener un hijo, sino porque debía recibir la noticia al lado de Evans, suspiró al recordarlo y sus ojos se llenaron de lágrimas. —Te extraño tanto mi amor — dijo en voz alta mientras veía el horizonte, mientras veía el atardecer, solo esperaba que Roxanne dejara esa estupidez, ya que fue ella la que había notado
Roxanne se lavó el rostro y se maquilló de nuevo mientras pensaba en lo que iba hacer, tal vez podía aceptar la propuesta de Nathalie, al final de cuenta, podía dejarlos en paz y ella hacer su vida en otro lado, sabía que podía conseguir lo que quiera. Unos gritos la sacaron de sus pensamientos y con el ceño fruncido salió de la habitación, los gritos venían de la habitación de Nathalie. —¿Qué pasa? — dijo en cuanto entró, vio a Stefan que tenía su rostro rasguñado, por su semblante podía ver que estaba molesto al igual que Nathalie, pero ella también se veía agitada. —Dile a este maldito perro faldero que si me vuelve a tocar o a obligarme a hacer algo que no quiera no le va alcanzar la vida. Papá me enseñó defensa personal así que no se me acerque — Roxanne miró sorprendida a Nathalie y luego con enfado a Stefan, a quién se le acercó y le dio una fuerte cachetada. —No la vuelvas a tocar, no te tengo aquí para que te pases de idiota. —No, no me tienes para nada útil Roxanne, mie
Evans salió furioso de ahí, miró una vez más hacía la casa, tenía el corazón partido en dos, no podía dejarla ahí pero debía sacar a su madre y amiga de ahí. —Necesito ponerlas a salvo. —Hijo, no debiste sacrificarte por mí, ya he vivido muchos años — Evans la miró furioso. —No vuelvas a decir eso mamá, nunca. Necesito ir por las demás chicas y ponerlas en un lugar seguro. — sacó su celular y llamó a Scott, él hombre estaba despertado porque ni su amigo ni Nathalie contestaban, ya que al llegar al hospital no la encontró. —¡Mierda Evans! — exclamó al contestar — ¿Qué está pasando? Nathalie no estaba en el hospital y Mio no aparece ni contesta su celular, estoy realmente preocupado. — Evans miró a la mencionada por el retrovisor. —Quiero que reúnas a los chicos y las chicas, en la casa de Nathalie, nos vemos en veinte y no te preocupes, Miosotis va conmigo. —Evans — dijo en tono de advertencia. —Ahora no Scott, haz lo que digo, es urgente. —De acuerdo — dijo no muy convencido,
Último capítulo