Cuando Johannes deja a su hijo, se dirige hacia la mansión en dónde al llegar el olor a quemado llega a sus fosas nasales, así que entra y ve a su madre en el jardín verificando personalmente que las pertenencias de Anne sean vueltas cenizas, mientras en la sala, Aria está con su hija y esta, está jugando animadamente con un peluche dado por su tío, así que entra y ve a su hermana con una sonrisa que no llegaba a los ojos y a su padre sentado en su sofá mirando amenamente el periódico, así que llega y luego de saludar a su hermana y sobrina se acerca y toma asiento al lado de su padre y espera hasta que su padre o su hermana hablen, el único sonido coherente es Johanna quien da hermosas risas mientras succiona su peluche, al poco Ría ingresa a la sala y una sierva de la casa le entrega un vaso de limonada y una toalla húmeda para limpiar sus manos y rostro del olor a humo.
-Bueno… ¿Qué pasó? – mirando a su madre…
-Quemé todas las cosas de esa desvergonzada…
-Te lo dije hijo – mientras