En el Penthouse de Emma

El Narrador:

Charlie corrió al Penthouse de su mujer para dar de comer y beber, porque el médico le ordenó mantener a esta hidratada y ella no quiere nada. Cuando entró, corrió hacia el baño, puesto que estaba vomitando otra vez.

—¿Qué te pasa mi amor? —preguntó él, levantando a esta en sus brazos y consintiendo igual que a una niña.

—¡Por tu culpa, Charlie! Me siento tan mal, tú debiste cuidarte mi amor. ¡Me siento muy mal! —Afirmó ella, haciendo un puchero y soltando sus lágrimas, que desesperaron a este, sin saber qué hacer.

Charlie, casi nunca molestaba a su mamá, e incluso le llamaba ocasionalmente para saber de su familia. Sin embargo, esta vez, fue en quien primero pensó, por lo tanto, llamó a su madre y le consultó.

—Buenos días, madre, ¿cómo estás? —saludó este.

—¡Estoy muy bien, hijo! Tenías días que no me llamabas. ¿Cómo te ha ido? —preguntó ella, contenta de escuchar a su hijo.

—Estoy muy bien madre. Te quiero consultar algo ¿Qué se le puede dar a u