CAPITULO TREINTA Y UNO

Logro reunir un pensamiento coherente en mi cabeza ante sus palabras, trago en seco y logro salir de entre sus brazos, me coloco a sus espaladas y pronuncio – que tengas buena noche – cierro la puerta y tomo una respiración profunda para calmar mis nervios, Lorena aparece dentro de las sombras y me sobresalto, agito las manos en una intención de alejar mis nervios y lograr un poco de tranquilidad por lo que viví allá adentro.

-¿Qué le sucede? – cuestiona y yo siento mis mejillas arder, por lo que subo mis palamas de mis manos y las presiono un poco - ¿se encuentra bien?

-nada, vamos a dormir – mis palabras salen atropelladas por lo que lo debo repetir dos veces – en el dormitorio de invitados se encuentra Oliver – murmuro y ella asiente con la cabeza caminamos hacia donde se encuentra las habitaciones, cada unas ingresa a su dormitorio, me voy a quedar en el de mi maestra, cierro los o

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