C98-DIME QUE NO ME DESEAS.
C98-DIME QUE NO ME DESEAS.
De pronto, Tobias apareció en la entrada de la cocina con su típica sonrisa socarrona, como si hubiera estado disfrutando del espectáculo desde el principio.
—Vaya… parece que llegué tarde al espectáculo —comentó, saludando con la mano—. Buenos días, Elizabeth. Y tú, pequeña princesa, ven aquí.
Melinda se bajó del regazo de Gideon y corrió hacia Tobias, que la levantó con facilidad y ella lo miró con ojos brillantes.
—Tobias, eres tan guapo como un príncipe.
Él soltó una carcajada arrogante.
—Por supuesto, preciosa. Alguien aquí tiene buen gusto.
Elizabeth tuvo que contener la risa, pero Gideon y Draxel miraron a la niña al mismo tiempo como si acabara de traicionarlos.
—Hermosa lealtad la tuya, Melinda —gruñó Gideon, fingiendo indignación.
—Sí, pequeña traidora —repitió Draxel con el ceño fruncido.
La niña se encogió de hombros y abrazó más fuerte a Tobias, feliz con la atención.
Entonces Tobias bajó la mirada hacia Gideon, lo observó de arriba abajo arque