C84 -¿DÓNDE?
Gideon apenas registraba lo que tenía delante. Su mente seguía atrapada en aquella punzada en el pecho, en ese lazo que había sentido apenas unos minutos antes. Al principio pensó que era una ilusión, un anhelo desesperado por Elizabeth. Pero no… el vínculo ardía con una intensidad imposible de ignorar.
Ella estaba viva.
El problema era: ¿dónde?
Las puertas del ascensor se abrieron con un suave chirrido, y allí estaba Tobias, dentro, mirándolo con una paciencia que ya rozaba su límite.
—Ey, entra —dijo, impaciente.
Gideon salió de su trance y avanzó. Pero justo cuando iba a dar el primer paso, las puertas se cerraron de golpe, atrapándolo de lado y aplastando su torso contra el marco metálico.
—¡Por la diosa! —gruñó, empujando con tanta fuerza que el ascensor emitió un chirrido metálico—. ¡Este maldito aparato quiere devorarme!
Tobias estalló en carcajadas y pulsó el botón del piso.
—Ya, hombre, suéltalo. No es un monstruo. Es automático: tiene un tiempo de cierre.
Gideon