C75-OJOS VIOLETAS
Silas respiró hondo mientras su mirada aún reflejaba una mezcla de dolor y furia contenida. Sin embargo, al ver a Elizabeth temblando frente a él, decidió apartar la rabia a un lado. Se acercó despacio, como si temiera que ella retrocediera ante su presencia, y le tomó las manos con firmeza reconfortante.
—Hija... sé que todo esto es demasiado para ti. Sí, me enoja profundamente lo que pasaste, me consume por dentro pensar en los años que perdiste en esa manada, pero lo único que realmente importa ahora es que finalmente estamos juntos.
Elizabeth asintió levemente y, en respuesta, él la atrajo hacia su pecho, envolviéndola en un abrazo protector.
—No voy a dejar que nadie vuelva a separarnos —susurró contra su cabello con determinación—. No esta vez. Te lo prometo.
Ella cerró los ojos, dejándose envolver por un calor que nunca había experimentado antes, pues era completamente distinto a todo lo que conocía: esta era, sin duda, la protección incondicional de un verdad