C74- HEREDERA LEGÍTIMA
El comedor estaba iluminado por las risas mientras Melinda masticaba un pedazo de pan con entusiasmo. Silas la observaba con una sonrisa que suavizaba notablemente sus rasgos severos.
—¿Y bien, pequeña? —preguntó inclinándose hacia ella con ternura—. ¿Cómo dormiste en tu nueva cama?
—¡Era blandita como las nubes! —respondió la chiquilla con evidente entusiasmo.
Silas rio por lo bajo y agregó con tono afectuoso:
—Pues mañana mismo mandaré a decorar tu habitación de color rosa, ¿te gustaría?
Los ojos de la niña brillaron de emoción instantáneamente.
—¡¿En serio?! ¡Toda rosada!
Elizabeth no pudo evitar sonreír al ver a su hermana tan feliz. En ese momento, Silas giró hacia ella con interés.
—¿Y tú, hija? ¿Cómo dormiste?
Ella bajó el cubierto y se mordió el labio nerviosamente antes de hablar.
—Padre... anoche sucedió algo extraño.
La sonrisa de Silas se borró de inmediato y se levantó para acercarse a ella con evidente preocupación.
—¿Estás bien? ¿No te hizo nada?