C43-BATALLA PERDIDA.

Gideon cruzó los pasillos con Elizabeth en brazos, sin importarle las miradas ni los murmullos que lo seguían. Su lobo rugía, exigía venganza y exigía a su hembra, pero él solo pensaba en mantenerla a salvo.

Al llegar a su habitación, la depositó con cuidado sobre la cama. El vestido estaba rasgado, la piel de sus muslos brillaba bajo la luz tenue y su aroma intoxicado por la droga lo golpeaba sin misericordia. Apretó los puños, tratando de contener a su lobo que gruñía dentro de él, dispuesto a tomarla.

—Resiste… el efecto pasará —susurró, acariciando su mejilla para calmarla.

Elizabeth arqueó la espalda con un quejido, se llevó una mano al pecho y luego deslizó la otra por su propio muslo, subiendo el vestido sin ser del todo consciente de lo que hacía. Sus ojos, nublados por la droga, buscaron los de él con una sensualidad peligrosa.

—Gideon…Por favor… te necesito.

Él tragó saliva.

Todo su cuerpo estaba en tensión, dividido entre la furia del Alfa y la urgencia